lunes, 30 de noviembre de 2015





Amado Jesús:

Déjame encontrarte, 
en el beso de mis nietos. 
en el abrazo de mis hijos,
en la risa de los niños, 
en la música que no oigo,
en el sueño que persigo,
en el arroyo cristalino,
en las arrugas de un anciano,
en cada estrella que aparece,
en el día que amanece, 
en las tormentas de mi vida
y en mis noches más oscuras.
Porque eres el faro que me guía
a las aguas más seguras

           Gladys 

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